Como todos sabéis el próximo lunes 23 de enero desembarcan en nuestro centro 15 alumnos suecos del Instituto Gymnasieskola Uddevalla. Se trata del intercambio que realizan todos los años los alumnos de 4º de E.S.O. Son días felices e intensos para muchos de nosotros y esperamos que cargados de emociones para muchos de vosotros. Deseamos que disfrutéis de esta experiencia y no perdáis la oportunidad de hacer nuevas amistades. Una alumna de 1º de Bachillerato recogía así sus impresiones sobre el intercambio del año pasado.
La llegada de nuestros nuevos inquilinos y, sobre todo, inquilinas pertenecientes a aquel lejano y desconocido norte fue a lo grande, como esperábamos. Ninguna "Chiquitita" y muchas "Dancing Queen". Altas, rubias, despampanantes, centro de miradas...
Al principio, tan sólo eso, unas caras bonitas; pasado poco tiempo, unas valiosas amistades. Una nueva experiencia que nos ofrecieron los suecos y la oportunidad de conocer su país más allá de IKEA.
Así transcurrieron los días entre alegría, risas, todo tipo de idiomas (y sus variantes, como el "Spanglish" para entendernos...) y, sobre todo, muchas ganas de apender los unos de los otros. Era divertido ver cómo miraban extrañados y perplejos cada palmera o limonero. También resultaba curioso vernos a los españoles con abrigo y a ellos y ellas tomando el sol en manga corta en pleno mes de marzo.
Todos iguales, pero todos diferentes. Bonitos recuerdos de senderismo aprendiendo sueco (o, al menos, intentándolo), los fines de semana de fiesta o un estupendo día en el campo mostrándoles la maravillosa huerta murciana.
Nos conocimos intensamente en muy poco tiempo y, en cualquier caso, guardamos la experiencia como un valiosísimo momento que siempre recordaremos y la esperanza de volver a vernos algún día... Sabemos que es difícil pero, en fin, no nos hagamos los suecos: la esperanza es lo último que se pierde.
Celia Marín, 1º Bach. B.
